PAGINA NO OFICIAL-------PAGINA NO OFICIAL-------PAGINA NO OFICIAL
Página NO OFICIAL

viernes, 11 de marzo de 2011

Un poco de historia del EA

Los miembros del Ejercito del Aire han dado siempre pruebas de una elevada profesionalidad y competencia que garantiza que en un medio que cambia y evoluciona a gran velocidad, seguirán manteniendo el alto grado de preparación y operatividad necesario para el cumplimiento de la misión que tienen asignada.
El carácter técnico y aeronáutico de las tareas a desarrollar exige un continuo esfuerzo de preparación y mantenimiento de conocimientos y aptitudes.

Por orden del primer Director General del Real Cuerpo de Artillería de los Reales Ejércitos, Oficiales del Real Colegio de Artillería realizaron las primeras experiencias para la utilización de globos cautivos como observatorio en Segovia y Aranjuez durante el año 1792. Suponen el primer intento de utilizar un medio aéreo con fines militares. Habrá que esperar a 1884, durante el reinado de Alfonso XII, para encontrar un primer antecedente orgánico de lo que llegará a ser el Ejército del Aire. En efecto, un Real Decreto de 15 de diciembre crea el Servicio Militar de Aerostación, afecto a la Cuarta Compañía del Batallón de Telégrafos del Arma de Ingenieros. Se le dotó en 1889 de los recursos materiales necesarios para el inicio de sus actividades mediante la adquisición de un tren aerostático francés de sistema 'Yon' que incluía, además del globo cautivo, el torno que permitía su recuperación y la máquina de vapor que lo accionaba, una planta transportable de producción de hidrógeno que era necesario para llenar el globo. Al mismo tiempo, el Servicio se organizaba como 'Compañía de Globos del Batallón de Telégrafos' disponiendo de globos cautivos y de globos libres para la realización de ascensiones.

La cruz de San Andrés, que aparece pintada en la cola de todas las aeronaves del Ejército del Aire, representa el martirio al que fue sometido el apóstol y es el más trascendental símbolo de la vexilología militar española. El origen de su uso en España se remonta a la época del matrimonio de Juana de Castilla con Felipe el Hermoso, momento en que la primogénita de los Reyes Católicos vinculó a su propio escudo el aspa de Borgoña, región de la que San Andrés es patrón, como homenaje a su marido.
Figuró en la bandera militar española por decreto de Felipe V dado a 28 de febrero de 1707. Este decreto decía: “Y es mi voluntad que cada cuerpo traiga una bandera coronela blanca con la cruz de Borgoña, según estilo de mis tropas, a que he mandado añadir dos castillos y dos leones, repartidos en cuatro blancos, y cuatro coronas que cierran las puntas de las aspas”.
Según Antonio Manzano Lahoz en su libro “Las banderas históricas del Ejército español”, editorial del Ministerio de Defensa, en su 2ª edición de 1996, página 74, es preferible apellidarla de Borgoña porque su uso se inicia en España con carácter dinástico y no religioso, ya que no influyó en su elección la devoción al apóstol. De hecho el grito de guerra de nuestras tropas continuó siendo ¡Santiago! ¡Santiago! ¡España! ¡España!. Este mismo autor señala que la denominación más adecuada es la de aspa, la adopción del término cruz no es nada más que la inercia de la anterior marca sustituida, que sí era realmente una cruz.
Jesús Salas Larrazabal en su libro "La guerra de España desde el aire: Dos ejércitos y sus cazas frente a frente.", Ediciones Ariel 1969, página 78 del capítulo II, indica que la Cruz de San Andrés la ordenó pintar el General Franco sobre un fondo blanco al tiempo que hizo desaparecer las banderas tricolor o bicolor, el día 8 de agosto de 1936. El motivo era evitar las equivocaciones y derribos no deseados como el que se produjo el día anterior con el Breguet-19 de Sevilla, tripulado por el teniente Jesús Lassala Liñan y el cabo Ros Alberti.

El embrión de esta unidad nace en 1946 como Primera Bandera Paracaidista de la Legión de Tropas de Aviación. Anteriormente a esta fecha y tras la Guerra Civil (1936-39) se intentó crear una Bandera Espacial de Parachutistas, pero que no pasó del papel.. A pesar de todo, no será hasta enero de 1948 cuando realice su primer salto, en el marco de la recién creada Escuela de Paracaidismo de Alcantarilla (Murcia). En 1952 se asienta en Alcalá de Henares como Primer Escuadrón de Paracaidistas, participando muy activamente en el conflicto de Ifni entre los años 1957-58, para regresar al final de este periodo a sus acuartelamientos en la localidad madrileña.

El 9 de septiembre de 1965 la unidad se disuelve, creándose a continuación, y ya en la base de Alcantarilla, la Escuadrilla de Zapadores Paracaidistas, heredando el personal, material y armamento anterior. La escuadrilla pasa a depender operativamente de la Jefatura de Aviación Táctica y logísticamente de la Escuela de Paracaidismo. Sin embargo, el 11 de mayo de 1966, también pasan operativamente a depender de la escuela. Entre 1971 y 1974 es trasladada a la base sevillana de El Copero, pero retorna a Murcia debido a problemas logísticos y de material creados por las deficientes instalaciones. Desde entonces, su acuartelamiento en Alcantarilla sólo se vio roto por una breve estancia en las Islas Canarias con motivo de la evacuación del Sahara Español en 1975.

La escuadrilla es una unidad pequeña, tipo compañía (unos 150 hombres), con un elevado grado de especialización, siendo todos sus integrantes soldados profesionales que pasan un rápido pero intenso periodo de instrucción. Comienza en la Escuela de Paracaidismo, acostumbrándose a ejercicios de toma de tierra, maniobras durante el descenso, adopción de posturas adecuadas, etc. Al final de este periodo se les concede el título de zapador paracaidista, el roquisqui, y, en la actualidad, la boina verde en calidad de fuerzas de OE. Tras este entrenamiento y el propio de combate pasan a formar parte de la única unidad de fuerzas especiales del Ejército del Aire y a dominar todas las facetas propias de estas tropas. Para ello, cada una de las secciones se especializa en una tarea específica que abarca desde señaladores -guía, golpes de mano y destrucción, apoyo al transporte aéreo y de combate, hasta las administrativas y de personal.

Además todos los integrantes de esta unidad deben dominar una serie de tareas comunes, como las de comunicaciones, supervivencia, primeros auxilios, infiltraciones, posiciones defensivas, etc., lo que convierte a la escuadrilla en una unidad de elite. Sus misiones se podrían sintetizar afirmando que tratan de la arribada en vanguardia a los aeródromos donde hayan que operar las Fuerzas Aéreas, con la doble tarea de destruir las instalaciones que entorpezcan dicha misión o de poner en marcha las que sean indispensables.

De todo esto se pueden, pues, definir las tareas a llevar por los zapadores paracaidistas. Éstas son: habilitar y señalizar zonas aptas para el aterrizaje de aparatos y personal; facilitar a los aviones propios ayuda visual, electrónica y de control; señalización de objetivos a la aviación propia por medios visuales y electrónicos; recogida y transmisión desde territorio enemigo de información de interés para el Arma Aérea; identificación y destrucción de objetivos de interés aeronáutico; reforzar la seguridad de las bases y centros dependientes del Ejército del Aire, etc

Fuente

No hay comentarios:

Publicar un comentario

OS ESPERO AQUI CHICOS DEL AIRE ,.

Recent Posts

Twitter Update

Square Banner